El consumo energético de la Inteligencia Artificial (IA) ha comenzado a superar al de la minería de Bitcoin, según un estudio reciente. Lo que podría parecer una buena noticia para la industria del Bitcoin, frecuentemente criticada por su alto consumo de energía, en realidad plantea una nueva amenaza. La Inteligencia Artificial no solo está compitiendo con Bitcoin por la electricidad, sino que también está acaparando equipos y recursos que antes eran dominados por los mineros.
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La creciente competencia entre Inteligencia Artificial y Bitcoin por la energía
El crecimiento exponencial de la Inteligencia Artificial, especialmente en aplicaciones generativas, ha llevado a un incremento sustancial en la demanda de energía. Según el Bitcoin Policy Institute, las empresas de IA, con bolsillos mucho más profundos, están superando las ofertas de los mineros de Bitcoin por la misma electricidad. Esto es debido a que la Inteligencia Artificial genera hasta 25 veces más ingresos por kilovatio hora (kWh) que la minería de Bitcoin. Ante esta realidad, algunos mineros están optando por diversificar sus operaciones, integrando procesamiento de IA en sus centros de datos o, en casos más extremos, abandonando la minería de Bitcoin para enfocarse completamente en la Inteligencia Artificial.
Margot Paez, investigadora del Bitcoin Policy Institute, señala que esta tendencia continuará mientras la rentabilidad por megavatio-hora sea mayor para la IA que para Bitcoin. Esto es especialmente preocupante considerando que la industria de la IA aún está en sus primeras etapas, pero ya está mostrando demandas energéticas significativas. Por ejemplo, se ha reportado que una simple consulta en ChatGPT consume casi 10 veces más energía que una búsqueda típica en Google, y generar una imagen de IA podría utilizar tanta energía como cargar un teléfono inteligente por completo.
Impacto en la minería de Bitcoin
La minería de Bitcoin ha sido criticada por su alto consumo energético, lo que ha llevado a amenazas de prohibiciones en Europa y moratorias en Nueva York. Según el Bitcoin Policy Institute, en 2023, las operaciones mineras en Estados Unidos consumieron alrededor de 121,13 teravatios hora (TWh) anuales, mientras que la IA utilizó entre 20 y 125 TWh. Con la creciente adopción de la IA generativa, se espera que su consumo energético aumente a 169 TWh en 2024, superando por mucho a la minería de Bitcoin, que se estima consumirá 160 TWh para 2027.
Además de la energía, los centros de datos que soportan modelos de IA requieren grandes cantidades de agua para enfriar sus máquinas y mantener su eficiencia. Investigaciones han mostrado que cada cinco a cincuenta consultas realizadas a ChatGPT consumen aproximadamente 500 mililitros de agua. Comparado con la minería de Bitcoin, que se estima consume entre 93 y 120 gigalitros de agua al año en EE.UU., el impacto ambiental de la Inteligencia Artificial se está volviendo igualmente significativo.
Desafíos para los mineros de Bitcoin
La competencia entre la Inteligencia Artificial y Bitcoin no se limita solo a la electricidad y el agua, sino que también se extiende a los equipos. Los márgenes de beneficio en la computación para IA son actualmente mucho más altos que en la minería de Bitcoin. Mientras que la minería genera entre $0,17 y $0,20 por kWh, las operaciones de IA pueden generar entre $3 y $5 por kWh, lo que representa una diferencia significativa.
Sin embargo, no es sencillo para los mineros de Bitcoin cambiar completamente a la IA, ya que la mayoría utiliza máquinas ASIC, diseñadas específicamente para calcular hashes en el protocolo de Prueba de Trabajo (PoW), que no pueden ser reutilizadas para tareas de IA. No obstante, algunos mineros ya están adaptando sus instalaciones para incluir unidades de procesamiento gráfico (GPU), que son fundamentales para la computación de IA.
Alex de Vries, analista de datos e investigador de la Vrije Universiteit Amsterdam, advierte que la competencia por la electricidad solo se intensificará. Las empresas de Inteligencia Artificial, con recursos financieros mucho más amplios, podrían estar buscando adquirir contratos de energía que actualmente están en manos de mineros de Bitcoin. La IA requiere acceso inmediato a energía y equipos, especialmente en medio del actual entusiasmo por su desarrollo, lo que significa que no pueden permitirse esperar largos periodos de construcción de nuevos centros de datos.
Flexibilidad energética y sostenibilidad
Aunque el creciente consumo energético de la IA puede impulsar un cambio en las políticas sobre la electricidad utilizada para la minería de Bitcoin, es importante destacar que no todo el consumo de energía es igual. Las plataformas de minería de Bitcoin son mucho más flexibles, pudiendo apagarse o encenderse para aprovechar la electricidad excedente o más barata. En contraste, la IA requiere un «tiempo de actividad del 99,9%» para funcionar correctamente, lo que implica que absorben toda la energía disponible, a menudo sin considerar el costo ambiental.
La flexibilidad de la minería de Bitcoin también permite a los mineros llegar a acuerdos con los gobiernos para detener temporalmente su consumo de energía en caso de que la red eléctrica se sature. Esta capacidad de apagarse y encenderse según las necesidades de la red le otorga a la minería de Bitcoin una ventaja en términos de sostenibilidad.
Consideraciones finales
En un futuro donde la demanda energética de la Inteligencia Artificial (IA) continuará creciendo, es crucial que se desarrollen tecnologías más eficientes y sostenibles. Mientras tanto, la minería de Bitcoin podría beneficiarse de su flexibilidad y capacidad de adaptarse a entornos energéticos diversos, aprovechando fuentes de energía renovables o excedentes. No obstante, la competencia entre estas dos potentes industrias promete intensificarse, con implicaciones significativas tanto para el mercado de criptomonedas como para la sostenibilidad global.